FUNDACION DEL PARQUE DE CUBA
La celebración del aniversario cuarenta y cinco de la fundación del barrio Cuba, casi coincide con el fallecimiento de Don Emilio Vallejo Restrepo, uno de los pocos sobrevivientes de esa generación de patricios del medio siglo, que contribuyó con sus luces y actos a la consolidación de la Pereira que hoy conocemos.
La festividad y el deceso del prohombre, solo serían una casualidad, si no fuera porque Vallejo Restrepo fue el que le dio vía libre a la construcción del barrio Cuba, a finales del quinto decenio del siglo XX, como respuesta al problema de hacinamiento detectado por varios estudios de la época.
En medio del sangriento remolino de la violencia política de los cincuentas, Pereira aparecía como el remanso de paz que podía ofrecerle a los desplazados, sin distingos de filiación política o credo religioso, la oportunidad de reconstruir los sueños arrasados por la intolerancia en sus lugares de origen.
Por cuenta de esa situación, la apacible pero pujante y hospitalaria Pereira, pasó de tener en 1951, una población de 115.342 habitantes a 188.365 en 1964; más de setenta mil nuevos residentes en dos lustros, que se apiñaban en casas que llegaron a albergar - según el exconcejal Gildardo Castro Eusse, en ese entonces el inspector de salud pública encargado de adelantar el censo sanitario de la época – hasta diecisiete individuos bajo un mismo techo.
Para entonces, la presencia del Instituto de Crédito Territorial era casi nula en Pereira. Dice Castro Eusse que no tenía oficina en la ciudad; todo se manejaba desde Manizales y su actividad se había limitado a adjudicar cinco viviendas, cuando el déficit habitacional ya configuraba una crisis de salud pública de grandes proporciones.
En ese momento, aprovechando la dramática problemática evidenciada por el censo sanitario, actúa Don Emilio Vallejo Restrepo, quien en su calidad de alcalde de Pereira, logra que el Instituto de Crédito Territorial se establezca en la ciudad e inicie una serie de programas de vivienda popular, entre los que se encuentra Cuba.
Fue el mismo Vallejo Restrepo el encargado de facilitar la negociación entre el Instituto de Crédito Territorial y los propietarios de la Hacienda Cuba y su voluntad política blindó el proyecto contra los eternos profetas del desastre, que calificaron como un disparate, pretender construir un barrio en esa “lejura” y sin contar con la infraestructura vial y de servicios públicos requerida para ese tipo de iniciativas.
Quizás sin saberlo, Don Emilio, como respetuosamente le decíamos sus conciudadanos, nunca supo que con su compromiso echó a andar uno de los más exitosos experimentos de techo por autoconstrucción a nivel nacional, que luego serviría de inspiración a la política pública que adoptaría la ciudad, con la fundación del Fondo de Vivienda Popular en cabeza de Ernesto Zuluaga Ramírez, durante la alcaldía de Roberto Arenas Mejía.
Tampoco podría haber imaginado entonces, lo que sus ojos cansados alcanzaron a ver al final de sus días: una Cuba populosa y prometedora, con pretensiones de ciudad y en las puertas de un proceso de transformación urbana generado por el Megabus y las obras viales que proyecta la actual administración pública.
Con Cuba, el recuerdo de Don Emilio Vallejo Restrepo será imperecedero. Paz en la tumba de Vallejo Restrepo y los mejores deseos para los habitantes del suroccidente de Pereira.